Son organismos microscópicos que individualmente no pueden observarse a simple vista, están compuestos de una o más células y son capases de
reproducirse por división. Dada la diversidad de microorganismos existentes,
muchos de ellos pueden ser benéficos para el ser humano (la mayoría) y otros
perjudiciales.
Elie Metchnikoff, científico ruso, que recibió el Premio Nóbel en 1908
por sus estudios en inmunidad celular, descubrió cualidades beneficiosas para
la salud en la fermentación de la leche. El observó que los lactobacilos
transformaban la lactosa en ácido láctico, y que dicha acidez confería un
ambiente hostil para las bacterias patógenas. Metchnikoff se volvió un firme
defensor del concepto de que la dieta puede proteger el organismo humano de la
invasión de patógenos y en consecuencia mejorar y prolongar la calidad de vida.
Contemporáneo de Metchnikoff, Henry
Tissier, un médico pediatra francés, observó que los niños con diarrea tenían
una baja cantidad de bifidobacterias en sus heces. Estas bacterias, por el
contrario, eran abundantes en los niños sanos. Tissier postuló que la
administración de bifidobacterias a pacientes con diarrea podría ayudar a
restaurar su flora intestinal.
En 1965, Lilly y Stilwell utilizaron por primera vez el término
“probióticos” para representar a “sustancias secretadas por un organismo y
capaces de estimular el crecimiento de otro”. Nueve años después, Parker
describió los probióticos como “organismos y sustancias que contribuyen al
balance microbiano intestinal”. Quince años después, Fuller postuló que los
probióticos eran “suplementos microbianos que influyen beneficiosamente en el
huésped animal mejorando su balance microbiano”. Tiempo después, Salminen
definió los probióticos como “alimentos que contienen bacterias vivas las
cuales son beneficiosas para la salud”.
A medida que la investigación en probióticos fue
avanzando y confirmando la validez de los postulados anteriormente descritos, la United Nations Food and Agricultura Organization y la
World Health Organization (Organización
mundial de la Salud) (FAO/WHO) en el
2001, formaron un Comité de Expertos en la materia y se llegó a un consenso en
relación a la definición de probióticos, siendo este “microorganismos vivos los
cuales, al ser administrados en cantidades adecuadas, confieren efectos
benéficos en la salud del huésped”.
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